miércoles, 14 de diciembre de 2011
MELANCHOLIA EXPRÉS
domingo, 4 de diciembre de 2011
EN LA JUSTICIA DE LOS CUENTOS DE HADAS...
martes, 1 de noviembre de 2011
LAS IMPRESCINDIBLES
Las mujeres que luchan un día, son buenas.
sábado, 15 de octubre de 2011
LA MILONGA QUE NO SE EXPORTA
jueves, 13 de octubre de 2011
VA LLEGANDO GENTE AL BAILE
Cada fin de semana en una de las esquinas del Parque de los Patricios se arma una milonga para disfrute de los vecinos y transeúntes. Juan Pablo Antivero, Adrián Di Pino y Andrea Zangari, son tres milongueros que como interpretaría
Sábado primaveral. Sobre el pasto florecen trapos de colores y cuerpos regordetes se doblan bajo el sol acomodando la mercadería. Brillosos adornos plásticos decoran la vista, acompañados de infinidad de artesanías en macramé y prendas batik. Mucha reventa de usado y mucho afán de trabajo en las veras del Parque Patricios. Multitud de gente pulula cual ganado, que otrora era faenado y daba el nombre al Matadero de los Corrales que funcionaba allí, donde guapos descendientes de inmigrantes, la clase trabajadora, sabían batirse a duelo a cuchillo limpio y comenzar a payar las primeras letras que años después constituirían arquetipos populares de la cultura ciudadana. Años después, el porteño barrio de Parque Patricios, además de oler a faena olería a Tango.
Ya en otro siglo, los sábados por la tarde, aquel parque público se convertiría en propicia circunstancia para comenzar el abrazo de la danza entre rosados copos de nieve, pochoclos y Patys. Curtidos rostros se pegarían a otros transpirando placer. Señores entrecanos apretarían a veinteañeras para marcar ochos y voleos. Algunos niños se animarían a ensayar el dos por cuatro sobre las finas placas de madera colocadas sobre el cemento para ser las veces de pista tanguera. “Durante la semana las guardamos en un local de enfrente y con un carrito montacarga las cruzamos a pie y las pegamos entre sí con cinta de embalar, de forma muy parecida a como empezó “El Indio” a armar la milonga de placita Dorrego”, cuenta Juan Pablo, un flaquísimo muchacho uruguayo que antes de adentrarse en el género rioplatense probó suerte con el trapecio y los malabares. “Armamos la práctica con Adri y Andrea, ellos son pareja y tienen una nena, esa que ves ahí”. “Nuestra idea es que el tango vuelva al barrio, porque ahora está siendo fomentado más que nada en circuitos turísticos y el tango, como dice la letra, es “bien de abajo”.” Allí, frente al monumento a Bernardo de Monteagudo, unos cuantos vecinos revolucionan las miradas: María*, una profesora de inglés a domicilio, no duda en calzarse unos tacos de diez centímetros acharolados en violeta, “el color de la buena onda”, según dice; también no falta un profesor de la danza, un chico de cortos rulos renegridos y ojos pardos, que cuenta que asiste con dos alumnas que tiene de un programa de gobierno para personas de pocos recursos. Las hace practicar y compartir mate con otros aficionados y aprendices. Para coronar la escena, hacia el final de las tandas se acerca una joven que hace rato no venía pero la suplía la abuela en el banquito prestado por un centro cultural amigo. Muestra a una bebita recién nacida y alborotando a los asistentes que se reúnen en derredor exclama: “para que le vaya tomando el gustito escuchando a Pugliese”. Se escuchan risotadas y se los ve cómplices. El tango en primavera florece donde tiene que estar, justo donde ha nacido.
*algunos nombres y detalles han sido cambiados o ficcionalizados para preservar el anonimato de los testimonios y dar coherencia a la información.
lunes, 3 de octubre de 2011
FLACO, ESTO NO ES POLÍTICA
Fuimos* a ver El estudiante, de Santiago Mitre, una de las películas habilitadas para estar entre las posibles argentinas aspirantes al Oscar como Mejor película extranjera. He aquí la impresión de una estudiante de
Una película atractiva. Excelentes críticas. Multipremiada y festivalera. Además una película nacional hablando sobre militancia universitaria hoy. Sin setentas y sin dictadura. Nosotros, que tuvimos parientes militantes y que ya en plena democracia nos sumamos a la participación política animados por las tradiciones de nuestros viejos, por la emoción y la nostalgia seductora de los relatos y que ya en los noventa repetimos palabras como “Utopía” y “Revolución” y “pasamos por cursos” y participamos de Centros de estudiantes; a nosotros que cultivamos ya pasado el 2000 la cultura setentista, sus afanes y su estética considerando que las ideas no mueren y que todavía hay mucho por transformar, se nos apareció la coincidencia y la posible identificación entre actores y espacios tematizados en El estudiante. Con ese anteojo, conociendo desde adentro y practicando con la frecuencia de varios años, lo que conlleva una licenciatura en
Entre las primeras escenas hay una que muestra una reunión de agrupación, iniciática para Roque, el protagonista. El es un chico del interior de Buenos Aires que no tiene idea de política y lo admite. Pero no importa, es bienvenido y escuchado, con cierto recelo, pero es escuchado. El pibito sorprende. Demuestra audacia. “Tiene pasta” se diría entre los “códigos” militantes que maneja el filme. Y decimos “códigos militantes que maneja el filme” porque son exclusivos de la película, ya que una reunión de agrupación no es tal como la muestra El estudiante, con un docente perspicaz y vanidoso que da directrices y escatima información como un capo mafia y unos estudiantes chupamedias del líder acríticos e iracundos, fanáticos y arribistas, sino que en una reunión de agrupación, en principio, no es moneda corriente la denigración, el griterío y el maltrato, sino la discusión espaciada y respetuosa, con silencios, con atención a la pluralidad de reflexiones. Es mate, biscochos, anotaciones estructuradas y desestructuradas, alguna notebook y mucho pensamiento colectivo.
Los que produjeron El estudiante logran calcar con precisión la forma de la universidad. El escenario de edificios en emergencia edilicia y la escenografía donada al filme por parte de los burlados. Aquellos que día a día pintan esos folclóricos y coloridos carteles. En eso son prolijos, y técnicamente hasta exquisitos. Las actuaciones son muy verosímiles con fisicduroles por demás efectivos. Pero el problema de la peli es el contenido. El problema de la peli es casi el mismo que tiene la serie El puntero de canal 13, y es que repite y difunde masivamente el discurso de la política como “transa”, como negocio en el que se escala con la suficiente mentalidad fría del estratega por más rudimentario e ignorante a nivel contenidos que éste sea. El problema de estos productos enlatados tan atractivos y tan reconocibles no es que muestren cosas que no pasan, desde luego que el clientelismo y la burocracia son prácticas que existen. El problema es que sitúan su supuesta verosimilitud en datos objetivos, es decir, parten de datos la realidad, sí, pero eligen fragmentos arbitrarios de ésta y justamente los menos felices y más desalentadores, que hacen a una concepción que va desde la relatividad hasta la negación de la política. En ese recorte arbitrario seleccionan un modo y sólo uno de hacer política, cuando hay otros. Cuando los que militamos “desde adentro” sabemos que no sucede así y nos resulta hasta ofensivo tal dibujo.
Sabemos que la política es muchas veces caldo ameno para la concentración de poder en algunos hábiles psicópatas pragmáticos capaces de traiciones y vueltas de tortilla; pero también sabemos que no son mayoría y que somos muchos los otros que combatimos día a día nuestra propia incoherencia. Que buscamos perfeccionarnos y mejorar: ¿Con qué objetivos? ¿La concentración de poder? ¿El ganar dinero? Esas respuestas-preguntas retóricas significan pura proyección por parte de un mercado que no entiende que los objetivos de la gente pueden ser otros e incluso pueden estar difusos: y de eso se trataba la utopía de horizonte inalcanzable. Vislumbrarla lejana y difusa permitía caminar, avanzar, aún con errores posibles a cada paso.
La otra cuestión es si hacer política de éste otro modo alternativo al graficado por el filme, es ser ingenuo, y si habría que atender a Roque cuando interpela a un troskista: “la política cambió chabón, hay que negociar con la gestión para gestionar”. El quid es que la forma “no transa” de hacer política, que tampoco es bien representada por la necia y ciega caricatura troskista, no reniega de la necesidad de la audacia. Sin duda: hay que ser audaces y aprovechar las oportunidades, pero hay límites. Hay algo que se llama “escrúpulos y ética” que a ese modo macdonalizado y exprés de hacer política de El puntero y El estudiante se les escapa. Y el problema es que ese modo, su modo/producto audiovisual festivalero y casuístico, es difundido masivamente y son cada vez más los que se ríen del chiste y los que se enternecen con la simpatía maligna de ciertos psicópatas protagonistas.
Es verdad también que para hacer un producto hay que limar ciertas complejidades porque sino no es filoso, no corta bien, no atraviesa más públicos y no es “reconocible”. Ese en sí es el eterno problema de los estereotipos. Pero a los sumo es un problema de los que fabrican productos y no de los que hacemos política. Los que hacemos política, en tal caso, debemos preguntar a los productores la responsabilidad sobre sus particulares objetivos.
Ahora: ¿Decir lo anterior, es decir que Santiago Mitre es malo y quiere dejar mal a los militantes? ¿Es decir que hay una política nueva y una política demodé y que “hay que adaptarse” para trepar y zafar? ¿Mitre se levanta a la mañana pensando en combatir la militancia universitaria? Calculo que no. El logro del filme, si queremos dejar la irritabilidad que genera exponerse a la caricatura o el facilismo empaquetado en una belleza deluxe, es que molesta. Y a lo sumo puede servir “hacia adentro” como autocrítica o muestra de lo que no hay que hacer. Porque cuando muestra que todos son capaces de traicionar y que las mayorías y los votos son manejables y determinables “desde arriba” y que justamente bien arriba hay alguien que tiene la manija o el mango de la sartén en la que todos estamos fritos, deja un lugar interesante para seguir estando atentos y combatir ese modo inescrupuloso de hacer política oponiéndole un modo crítico y perfectible. O sea, no se puede negar que hay “pequeñas reuniones” e instancias de dirección política en las que lógicamente se plantean grandes líneas de acción en pocas palabras y con pocos guiños, pero el tema es que la película del momento se saltea algo muy importante, se come algo que no es sólo contenido a secas, sino que es “el gran contenido” que hace que la política sea una herramienta revolucionaria y es su carácter procesual.
El estudiante de Santiago Mitre se come El Proceso. Y el quid es que cualquier persona que haya participado más de “tres horas” en política (como dice un personaje cuando refiere a la cantidad de tiempo que fue peronista) debe dar cuenta de la importancia de los procesos políticos y de la fortaleza de las bases para arrastrar cualquier equivocada direccionalidad de las cúpulas. El problema de cuando se subestima a la gente se refleja cuando se subestima o se sobreestima la herramienta del voto. Esa es la gran diferencia entre una política “corrupta y corrompible/ pragmática” y una política “con pretensión de perfección pero imperfecta y con alta permeabilidad a la crítica”: una reduce “la política” a las urnas y las estadísticas cual si todas las personas fueran iguales de permeables y obedecieran todas las publicidades que consumen involuntariamente, y otra política, que es una trabajadora de los grandes plazos y que en los cortos construye los cimientos de los grandes cambios con la ilusión de que favorezcan a la mayoría.
Entonces, cuando en esa primera reunión a Roque El estudiante le dicen, “Flaco, esto es política” como para desasnarlo, nosotros les respondemos “flacos, esto NO es política”, o al menos no es toda la política, ni es la política en la que seguimos eligiendo participar. Desde un pasillo de sociales, desde un banco de
miércoles, 21 de septiembre de 2011
LAS QUE COSEN
Todas las costureras
son una sola.
La que dobla el cuello.
La que se pincha el dedo.
La que se acerca a la luz.
La que borda el brillo.
La que remienda el agujero.
La que une los paños.
La que enhebra el cabello de algodón.
La flor entre los cardos de hierro.
Una de las patas,
de la gran mesa,
de la que todos comen.
Dale que dale al pedal, mamá.
Dale que dale.
Dale que dale.
Es rítmica mamá cosiendo.
Es melodiosa cuando ciega sigue.
Hace música con la máquina.
Confecciona abrigos para el cuerpo y mantas.
Y vestidos y trajes.
Y charreteras y capas.
lunes, 12 de septiembre de 2011
RARA AVE, LA QUE VUELA.
Época de elecciones en la UBA.
Cuando oigo a los militantes
que pelean con otros militantes
por “negociar” con el gobierno universitario
y con el Gobierno Nacional,
recuerdo a Lula Da Silva declarando
que el Estado debe cumplir el rol de una madre;
que como tal “protege siempre al más débil”.
El presidente brasilero se contraponía en sus palabras
a la visión del Estado como un padre autoritario.
Viendo a los universitarios pelear,
me pregunto: ¿Contra quién pelean?
¿Contra un Estado padre o contra un Estado madre?
Las agrupaciones que negocian.
Las agrupaciones que no negocian.
¿Qué están negociando?
Rara ave, la que no es pato, impedido de volar, en estas tierras.
La rebelión es frente a un padre autoritario
que no atiende las demandas de los hijos
o ¿Los hijos no quieren crecer?
¿Los hijos actúan a sus padres?
La rebelión de los desordenados
tiene por fin ordenar.
Imponer otro órden.
¿La lógica del sometimiento es de nunca acabar?
Que suerte la mía
que me permitió escuchar
a un ex-gobernador universitario que citando a Foucault planteó:
“lo positivo del poder radicaría en que engendra subjetividad”.
“Cría sujetos
y te comerán los huevos”,
pienso.
La lógica del sometimiento
cultiva sometedores
y sometidos.
Me interesa pensar ahora:
¿A qué lógica me someto
cada vez que cambio?
De campo.
De agrupación.
¿Cómo me pongo?
y ¿Para qué?
Allí radicaría mi ética.
Cosechando las alas que sembré.
martes, 30 de agosto de 2011
JUICIO
Un hombre me dijo:
“Nada te sorprende”
Y tenía razón.
Un hombre me dijo:
“Ni lo intentes. Hasta ahí.
Hasta mi mente nadie llegó”
Y estaba equivocado.
Un jefe me dijo:
“¿Sabés lo que me gusta de vos?,
que no ofrecés resistencia.”
Y no tenía idea.
Un hombre me dijo:
“Esta es la realidad”
Mientras yo pedía profundidad,
distorsionando.
Un hombre me dijo:
“Cuidá de tus hermanos”.
Sin cuidar de nadie.
Un hombre me dijo:
“Todos mienten”
Incluyéndose en la lista.
Un hombre me dijo:
“Nadie es dueño de la vida de nadie”
Habiendo matado.
Un hombre me dijo que no podía.
Y puedo.
BIOPOLÍTICA:
UN POEMA MENTAL
NO ES UN DIBUJO LINDO.
ES UN JUEGO VIOLENTO.
QUE TE HACE APARECER
DONDE OTRO ESTABA.
POEMA Y MENTAL
NO ES REDUNDANCIA
ES DISTINCIÓN DE LOS POEMAS PLÁSTICOS.
ES POEMA VERBAL.
MINIMAL.
LA PROFUNDIDAD EN GENERAL
ES GRAVE.
SÓLO LA BELLEZA
DA AIRE.
LA ARQUITECTURA DE LAS MENTES
ES EL ÚNICO EDIFICIO
CON POSIBILIDADES LARGAS
DE PERMANENCIA
EN EL ESPACIO.
Y ES INVISIBLE.
martes, 23 de agosto de 2011
ENTENDER LA METÁFORA
Me cubro los ojos
para no ver el mundo.
Vos mirás.
Me mirás.
En el medio
está tu color
y está el mío.
A la Monalisa
la ven muchos miles
todo el tiempo
y cristales la cubren de los flashes
y de las manos.
Es inalcanzable.
Aunque estés ahí.
Nunca la vas a tocar.
Ni verla de cerca podrás.
Encima serás uno más
entre los macacos.
¿Para qué ir al museo entonces?
Para entender la metáfora.
Yoko Ono
hizo la mejor obra de la que oí en años.
Más bien leí en años.
Un laberinto transparente
cuyo objetivo es un teléfono celular.
Quizá otros teléfonos te cruces en el trayecto confuso
(otras sillas diría Silvio).
Oirás la voz de Yoko Ono.
No te comunicarás con ella.
No sabrás cómo fue tenerla pegada
en la manifestación por la paz
de un mes en cama
junto a Lennon.
Quizá llegues.
Si no renunciás a los paneles de cristal,
a los límites que no se ven.
Quizá llegues
a comunicarte
con el mundo
cuando la oigas.
O quizá estés tan lejos del mundo.
Que aún entendiendo la metáfora
ya no puedas nadar
(comunicarte con el mundo,
de posibles,
de tocar).
Hubo otro invento sorprendente:
una nipona inventó una máquina de menstruar
que hace doler y gotea sangre.
La expuso en el MoMA de Nueva York.
Los chicos pueden saber qué se siente.
Ponérsela.
Y que les duela igual que a las chicas.
Se transgreden los límites,
La barrera entre los géneros
es cada vez más difusa.
Y?
Qué importa?
Si lo que más querés
es dormir. Manifestándote por la paz,
en vida.
Quería ver menos el mundo.
Quería sentir menos la bota
en el pescuezo.
viernes, 12 de agosto de 2011
NOSOTRAS, LAS MÁS PUTAS DE TODAS
PUTA. Si ahondo en mis recuerdos rastreando esa palabra, indefectiblemente llego a la boca de mi padre. Putas todas. Putas las de la tele que “desfilaban como vacas”. Puta si te ponés lapiz labial de juguete a los cinco años. Puta si te teñís el pelo. Puto el almacenero de la esquina que se dio un beso con otro hombre en público. Putos todos. Putos en la ira y en la rabia de mi padre. “La recalcada concha de tu madre” era la reacción a un mal conductor. “La reconcha de tu madre que te remilreparió” era él en su furia automotriz y yo le preguntaba a mamá: ¿“qué es queterremil”? A medida que pasaron los años dejé de escuchar lo que vociferaba y escuché libros y canciones de otras bocas y ojos y mentes. Igual recuerdo todavía que si bien yo me cuidaba de no ser prejuiciosa con otras mujeres, respeté por mucho tiempo la austeridad en la imagen que me moldeó mi padre con todos sus “putas”. Rechacé las novelas de Cris Morena como él ordenó. Rechacé Mac Donald como indicó su intransigente discurso comunista también y rechacé ser y “parecer” puta. Mucho más luego cambié de onda y cambié por suerte de referencia y legitimidad. Me teñí el pelo para probar colores distintos, me pinté como una puerta y volví a la cara lavada. Me puse minifalda y tacones para estar re perra cuando lo necesitaba y me pongo de buzo y jogging afelpado para cuidar mi cuerpo en un cómodo abrazo de algodón cuando quiero. Puta ya no me dice nada malo. Solo me recuerda la hipérbole del prejuicio y el machismo. Incluso ahora me lo tomo con humor y me apropio del estigma. Que me digan puta los que no quieren estar conmigo y no entienden mis vaivenes. Que digan que no me cuido si me expongo, total yo aprendí a defenderme y que me digan algún piropo si quieren ya que no soy tan radical en mi particular feminismo y me gusta que me halaguen mi belleza modesta y distinta. Soy todo lo puta que no quiso mi padre porque en el fondo quería. Estructuras psíquicas al fin si las hay… Y ésta tarde si garúa finito o llovizna me encuentro con otras putas que seguro también leyeron a Beauvoir, a Haraway, a Preciado o a Butler.
Me amo por prepotencia de trabajo una vez más y en público.
lunes, 25 de julio de 2011
QUE EN PAZ DESCANSEN AMY Y LAS VIEJAS ESTRATEGIAS COMUNICATIVAS DE LOS BUENOS
La periodista Sandra Ruso preguntó en 678 algo que me interpeló de sobremanera en tanto fue en el mismo sentido que mis razonamientos respecto de la psique social actual. “En caso de que se compruebe la “campaña sucia”-la difamación y estafa telefónica al electorado por parte de Pro/ Durán Barba respecto del padre de Daniel Filmus- ¿A los porteños les cambiaría la visión y variarían su voto a partir de esa interpelación moral?”. Esa pregunta me pareció muy acertada en tanto la respuesta linda el “No”. Entonces, cabe preguntarse: ¿Por qué tengo la interior e incluso angustiosa certeza de que al porteño tipo le importaría un rábano? ¿Por qué sospecho de ineficaz comunicacionalmente la estrategia Filmus K “de ir hasta el fondo con la justicia y la verdad” en lo que a éste tema refiere, a una semana del ballotage?
Y me respondo sola apelando a la figura que me sobrevuela últimamente la mente: El abuso. ¿Qué es al abuso? Según wikipedia existen “abuso de”: autoridad- confianza- derecho- sexual- espiritual- de representación- de sustancias y de poder. Podemos incluir innumerables formas en tamaña categoría y siempre faltaría alguna más. Pero corresponde ir velozmente a la definición que dicta: “Uso o aprovechamiento excesivo o indebido de algo o de alguien, en perjuicio propio o ajeno. Mal uso. Extralimitación. Delito.” Del negro cerrado, a los infinitos matices que conlleva esta figura, todo en ella me atrapa. Todo en ella me responde dando sentido al malestar social. Cuando prendés la TV y te solidarizás por la temprana muerte de Amy Winehouse y cuando todos los muros de facebook y una marea de twits son quenpazdescanses para Amy: algo está pasando. Algo está atravesando virósicamente todas las mentes. Y no digo que la pobre Amy no merezca el amor pop mundial. Absolutamente no. La virtuosa Amy merecía todo eso y seguro muchísimo más. Porque la pobre piba de tan autodestructiva sin duda sufría mucho. Mares de cantos contra altos; millones de rankings mundiales, tsunami de álbumes vendidos en segundos. Todo eso pasa y le pasó a ese cuerpo que capaz lo único que reclamaba a gritos es “un terapeuta mental a la derecha por favor” y a toda la industria le chupaba un huevo. Porque la estética de la muerte joven garpa. Porque la tristemente célebre “Generación 27” no son más que una cantidad de gente sufriente, gozadora y masoquista que murió dejando saldos económicos muy a favor de otros. Mártires de la música y del arte. Mártires del capitalismo. Y Amy que en paz descanse recontra viene a cuento porque justamente es la hipérbole actual y fugaz del abuso. Es una mujer abusada cantando soul, hecha mierrrrrrrda en un escenario. Y es una mierda eso. Y además, muy además y muy oportunamente es un ejemplo del abuso capitalista que todos los días de nuestra vida padecemos cuando nos venden algo todo el tiempo. Cuando nos dan gratis la educación de la compra venta humana. Entonces recontra cabe traerla porque Macri Mauricio ganó en Buenos aires, entre otras cosas, porque tuvo una campaña publicitaria efectista y degradante. En la que otra vez nos enseñaron cómo se coloca vaselina en el culo de la gente porque “la gente” va a comprársela al supermercado de la vida todo el tiempo, las 24 horas y exprés. Porque la fórmula mental que hace mi mente respecto de esto que pasó y que pasa es que está “el electorado” tan putamente acostumbrado a que le vendan, que lo único que sabe hacer es comprar con descuento porque lo dicta una publicidad. Y en esa puta dictadura ya no se qué mierda de mercadería alternativa vender en la puerta con mi trapo. En síntesis, la furia me atrapa y el abuso sigue presente. Amy fue abusada, los medios abusan de la gente, la sociedad toda abusa de mí. Y El abuso como figura se caracteriza por haber sido afectado, el sujeto abusado, por un trauma en el que es víctima de un daño que a posteriori no le permite distinguir bien de mal. Es decir: la gente de Buenos aires y buena parte de la gente del país y del mundo naturaliza todo el tiempo el daño humano. Aquí se naturalizó que en el departamento del costado secuestraran gente porque “algo habían hecho” y había que callar y seguir como si nada. Aquí se naturaliza que un juez hoy mismo dicte prisión domiciliaria a dos genocidas que empalaron y arrojaron al río a un pibe de 14 años en el 76. Entonces, si a mí eso no me importa porque no me lo cuenta TN, eso es una gran mierda y me chupa un reverendo ovario si se muere alguna cantante inglesa porque quiere decir que quizá voto a un Macri y que me importa un huevo quién carajo tengo al lado. Y el quid de lo que escribo es que hay “gente” no interpelable a nivel moral porque ha naturalizado el desamor, la violencia y el abuso que perpetraron y perpetran “los que mandan” todos los días, porque son abusados todo el tiempo y reproducen la cultura del abuso humano. Entonces, no se si es la fórmula perfecta pero creo que hay que seguir señalando con el dedo del mal gusto bien derechito y directo lo que es mierda, distinguiéndola así de lo que todavía no lo es. Pero sin dejar de lado por lentitud la necesidad de nuevas estrategias comunicativas que no sean lloronas y moralistas porque eso me parece que no está funcionando y que se requiere otro tipo de sofisticación comunicativa que opere sobre esta masa de abusados en éste puto gran mercado que han hecho de nuestra vida.
domingo, 24 de julio de 2011
LO QUE UN PEDO EN UNA CANASTA
¿La vida es eso que nos pasa? ¿Es aquello que viene con el cuerpo todos los días? ¿Cómo distinguir vida de muerte?
No le tenía miedo a la muerte porque creía que no iba a sentirla. El cuerpo muerto no siente nada. Y el cuerpo vivo siente tanto que a veces dan ganas de morir.
El encuentro con el otro es tan único.
Que es una lástima dejar que pase.
Pero
¿Cómo es pasar por alguien sin hacerle un poquito mal o un poquito bien?
Hoy inventé un cuento:
Una persona viene a la vida. Es convidada de sentimientos y cuerpo. La persona aprende que el padre es presencia caminando y que es una presencia que siempre se comporta de igual manera. Entonces la persona responde de tal otra manera a ese afecto. Luego promociona el grupo familiar primario y cree que todas las personas, que todos los padres, por ejemplo, se manejan de igual manera. Y aprende a escupir como el padre. A vomitar como la madre. Y a sentir la náusea existencial de la hermana. Y así va caminando por la vida. Creyendo que todo es lo mismo hasta que viene alguien y le dice al oído: “es distinto. La vida puede ser otro mambo.” Entonces como uno tiene la puta información mental de que no le cabe el mambo original se va por ahí a buscar otro mambo. Y prueba todos los mambos posibles. De todo sabor y color. Pero, por ahora, en el fondo siempre es testigo. Porque en el fondo sabe que en una casa del mundo el mambo puede ser como aquel que le dio origen y que le hizo sentir tantas cosas desde el primer llanto vital en adelante. Entonces los sanos van con los sanos. Los locos con los locos. Y así, más o menos, van los cuerpos caminando. Transitando la tierra o sentándose en alguna parte. Hasta que alguien invita a pasar la mayor parte del tiempo con su cuerpo y se supone que eso se llama amor, pero también se puede llamar odio. Son dos lenguajes distintos pero ambos suponen la presencia de dos cuerpos. Dos bandos batallando. Dos bandos en el estrés de la lucha. Leyendo las relaciones posibles y queriendo vencer o perder lo más aventajadamente posible que se pueda. El que se relaja siempre la pasa mejor, pero para ese la vida es una casualidad. Ese que va tranquilo camina por senderos que demarcaron otros. Y los que nacieron para marcar la senda en que otros caminarán sin duda quieren gobernar voluntades y procurar que los demás hagan lo que tienen que hacer. O sea: transitar la senda demarcada por el deseo del que manda.
martes, 28 de junio de 2011
ESTE CUENTO TE VA A GENERAR UN BROTE PSICÓTICO. OJO.
Una persona camina ligero y llega a algún lado. Su cuerpo te toca de repente y te pide. Te pide que le des, que le des pronto. Vos le decís que no te jorobe que ya tenés bastante con lo tuyo y seguís. Entonces te sigue como un perro. Insistís en que no se gaste y le aclarás: “Nunca jamás voy a querer ¿Acaso sabés lo que significa nunca jamás? Nunca jamás en la vida entera”. El otro responde que la vida no es finita y que lo que planteás es falaz. Le decís que para vos la vida es un entero con muchas partes y entonces que se joda, que siga a alguna otra persona. El otro te toca otra vez, pero sin querer. Entonces te das por aludido y lo insultás. Le decís las peores cosas que jamás dijiste a nadie. Te desquitás de lo lindo. El otro llora y aúlla como un animal gimiendo a la luna. Le pegás un cachetazo y le decís que es al pedo llorar. Te mira y te penetra con la mirada. Una mirada que te toca la última neurona en el fondo del cerebro y que genera un cortocircuito a nivel neurológico. Ese corto es casi imperceptible para tu conciencia pero algo cambió. En algunos años puede que se convierta en un gran manchón que te ocupe buena parte de la masa encefálica. Pero no importa. Ahora sos incapaz de localizarlo y seguís viviendo esos segundos de odio. La persona que se acercó ligero a tu encuentro en ese lugar te sigue mirando vidrioso. Y vos empezás a padecer ese secreto deseo criminal y te aparece la ley que dijo: “No matarás”. Entonces le perdonás la vida y le decís que se aleje que hoy tenés un buen día. Pero se queda y te dice que pretende ser tu Yoko Ono. Que te va a seguir como sombra por todos los días que te restan. Vos le gritás que cómo se le ocurre semejante huevada y que sos la persona equivocada, que nunca nadie pudo con vos. En ese momento te caza de la oreja y te susurra sosteniéndola con mucha fuerza entre sus dedos: “Soy tu pesadilla. ¿Viste Freddy? ¿Viste que el chico contaba para no dormirse y no encontrarlo? Bueno: en cualquier momento te dormís y no despertás. En cualquier momento empezás a tener sueño. En cualquier momento me empezás a seguir. ¿Oíste?”. Vos escuchaste clarito pero la orden no te funciona. Sin embargo ya te olvidaste del odio y querés empezar a jugar. Te suelta la oreja. Te duele y te titila pero igual te quedás quieto, como esperando. “¿Ahora qué hacemos, amo?”, le decís. Te dice que vamos, que en alguna parte alguien le espera para ser perseguido. “¿Entonces siempre hay un amo para un esclavo?”, le preguntás. “Siempre”, te dice. Caminan unos pasos paralelamente, sin intimidarse más y le preguntás si vio Irreversible. Te dice que sí pero que era una garompa. Pensás que nada lo sorprende. A vos tampoco te gustó mucho pero te la habían contado tan copado que parecía un peliculón. Entonces le decís que se vaya a cagar, te das media vuelta y te vas. Te sigue en el giro y te dice: “¿Pero no entendés que te amo? Le respondés que “No, gracias”. Te mira otra vez fijo y te dice bajo: “Podría haber sido para siempre”. “Hubiera estado bueno”, le respondés sonriendo, para luego agregar canchero: “Suerte, cuidate. Otro día capáz, si te cruzo, cogemos”. “Dale. Otro día.”, te responde con una leve sonrisa y se va corriendo.
sábado, 18 de junio de 2011
A LOS HIJOS: EL ODIO TAMBIÉN CONSTRUYE
Las cosas tan feas y tristes y sucias
traen cosas feas, tristes y sucias.
Pero.
Traen relaciones,
representaciones
y explosiones.
Y detonan.
Y hartan.
Y rompen.
Y matan.
Y espantan.
Y agobian.
Y tuercen.
Y apagan.
Y ocultan.
Y sepultan.
Entonces
Hacemos agujeros en la tierra
y rezamos todos
en derredor.
Y decimos salmos
y mentimos llantos
y susurramos perdones
que en vida no existen.
Las disculpas
son una formalidad diplomática
garante de convivencia y continuismo.
Si querés bienestar, en cambio,
tenés que romper con vos mismo.
Tenés que decir no.
La puta madre.
La concha de tu hermana.
El forro de tu viejo.
O sin putear
alejarte ligero
de lo destructivo
que te habita.
Desde que alguna vez primigenia
aceptaste el maltrato
y entonces todo el mundo después
se coló a la fiesta de tu desdicha.
Esto ya suena a tango
y es la primera vez
que escribo esa palabra
en un poema.
Me alegra mucho.
Quiere decir
Que ya comenzó a importarme
algo distinto
a lo que me tenía acostumbrada.
Bienvenido tango
a ocupar
el espacio vacío
por el rato que sea necesario.
lunes, 30 de mayo de 2011
ÚNICO
Los solos,
los mismos,
los esperantes.
Los inencontrables.
Los perdidos,
los aplaudidos,
los silenciosos.
Los ensimismados.
Los que miran la llama,
y no se percatan
de la posibilidad
de extinción
del fuego.
Los que cuidan
de sí.
De su color
y de su calor.
Para no entregarlo
nunca.
Los discapacitados
afectivos.
Los reflexivos
intelectuales
que no se entregan.
Los que prefieren
perder
a encontrarse
con lo real
desvestido.
Sin el ropaje
del mito.
Sin la piel
aparente.
Los que miran.
Y son mirados.
Desde lejos.
Están.
Efectivamente lejos.
Del amor.
jueves, 26 de mayo de 2011
CURIOSIDAD INCORPORADA A MI BIBLIOTECA
Hace varios días tuve el enorme agrado de encontrar un volumen más para agregar a mí querido mueble portalibros, a saber: El matrimonio perfecto de Theodoor H. Van de Velde. El encuentro con dicho objeto en mi lugar de trabajo fue de un magnetismo fuerte: un libro sano de tapas añejas levemente humedecidas, un título absolutamente interpelador que logró hacer que mi trayectoria hacia el baño estuviera acompañada por él. No es que no pueda leer en mi laburo, no, pero sencillamente lo llevé porque hacia allí iba. Me senté a hacer lo que todos hacemos (lo primero) y fue tal el asombro que, la verdad, pasaba hoja por hoja, detalle por detalle, a una velocidad de escáner sediento. Era un hallazgo absolutamente genial. Salí del cuarto íntimo y estuve un buen rato en mi escritorio con él hasta que definí, previa consulta pertinente, quedármelo. Era algo absolutamente bello: el iconito de Editorial Claridad, la misma que fuera fundada en 1922 por Antonio Zamora, un periodista socialista, y la misma alrededor de la cual comenzó a formarse el Grupo de Boedo; además y fundamentalmente me atrapó la sorpresa acerca de su contenido: un “estudio de su fisiología y su técnica”. Noté en las primeras hojas que la primera edición databa de 1939 y más luego tras revisar en internet pude comprobar que había sido escrito en 1926 por éste físico y ginecólogo holandés que se hizo famoso internacionalmente por él y que “se lo recuerda por demostrar en 1905 que la mujer solo ovula una vez por cada ciclo menstrual” lo que “contribuyó a la creación del método del calendario para el control natal, y más tarde al desarrollo de otros sistemas de determinación de fases fértiles e infértiles en el ciclo menstrual”. O sea el chabón era un cráneo más allá de mi prejuicio inicial que ante el título dictaminó “ésto debe ser un evangelizador católico sobre lo que debe ser el matrimonio”. Tamaña sorpresa me llevé cuando al abrirlo descubrí que atravesaba la siguientes temáticas: “evolución del impulso sexual”-“Los ácidos debilitan los olores sexuales desagradables”- “olores secundarios y olores anormales, sudor y transpiración”- “el sentido de la visión, vista de los caracteres sexuales secundarios, realce de éstos por los vestidos (modas)”- “excitación de mamas y pezones”- “Introducción y limitación del objeto: Vulva- clítoris”- “La mirada y la palabra- el baile- coquetería y flirteo- la importancia del preludio”- “Importancia de coparticipación activa por parte de la mujer”- “sustancias lubricantes, técnicas y su limitación”- “El final, agotamiento por exceso de esfuerzo, efecto beneficioso sobre el estado general, necesidad del sueño”- “Desfloración, luna de miel: dos resistencias, anímica, vergüenza, corporal, miedo.”- “Influencia de la actividad sexual sobre el cuerpo y la psique”- “Peligros para el marido que a acostumbrado a su mujer a la máxima capacidad”- “Influencia de manjares y bebidas”- “Relaciones sexuales bajo circunstancias corporales especiales- menstruación- parto”- “Cuidados y limpieza de los órganos de copulación”- “Higiene anímica: cuidados de salubridad del organismo matrimonial”- “Los judíos. Los católicos. Los protestantes modernos. Los americanos.” En síntesis: el libro es una locura. Además hacia el final trae una laminita desplegable con períodos y gráficos y al comienzo reza uno de sus epígrafes: “El matrimonio es una ciencia. H. de Balzac” y ademáaaaas el muy divino especialista se lo dedica nada más y nada menos que a su mujer. Que debe haber sido re feliz, sin duda. A ver… lo que busco arrojar aparte de mi sorpresa y disfrute es que esto fue escrito a principios del siglo pasado y editado acá en la década del sesenta. Una traducción editada y facilitada por una editorial progre. Pero apenas lo leí un toque me dije: “¿Quién tendría acceso a ésta información?”. Imaginé que alguna elite, como por ejemplo médicos ginecólogos (que todavía por nuestros días lo deben tener como bibliografía) pero además (y sigo abusando de los “ademases”) no sólo no debe de haber estado en todas las bibliotecas sino que ese título engañador lo refleja opositivamente: incluso lo prohibió la Iglesia. Pero ¿Quién iba a imaginar que tras ese título había semejante vanguardia? ¡Seguro que si lo encontraba algún grupo de tareas en la última dictadura pasaba de largo la elección para la quema como Sagrada Familia de Marx! La verdad sencillita es esa. Encontrar esa tarde este librito, que hoy según cuenta mercado libre cuesta sólo de 20 a 30 pesos, fue para mí adquirir una joyita. Una de esas joyitas que me gusta incorporar y que aunque no lo lea de punta a punta, porque con el sólo índice tengo para entretenerme, me basta asimilarlo para sentirme satisfecha de haberme enterado de su existencia. Día a día la sociedad, el mundo, los otros vivos y muertos, logran sorprenderme aunque a veces crea tontamente que me las sé todas. Además, insistiendo con los ademases digo: ¿Rampolla, Cosmopolitan TV y todo el porno del mundo no lograron matizar los tabúes? ¿El estudio de la sexualidad y el amor da sólo para nichos farmacéuticos, corporativos o de espectáculo? ¿El amor y el sexo caben en los libros? ¿Sobran letras e imagos y faltan cuerpos? ¡La pucha! ¡Cuántas preguntas me traen estos dos ojos que tengo y estas dos manos que se llevaron a un baño más descubrimiento de la otredad! ¡Gracias gentes! ¡Gracias vida! ¡Somos tan disfrutables los seres humanos que nos amo!
lunes, 23 de mayo de 2011
miércoles, 18 de mayo de 2011
ELISA MATACO
martes, 17 de mayo de 2011
mi minimalismo puede ser el máximo del mundo
Si no sos otro
podés empezar a dudar.
De tu inteligencia.
De tu poder.
De tu amor.
Si no cambiaste
oro por barro,
día por lluvia,
cárcel por trigo,
puede
que seas menos
que todo.
¿Que tanto
cambio
hace mal?
Puede ser cierto.
¿Pero acaso no estás podrido de verdades?
Un poquito de otro cuento
puede saber más rico.
Mirá.
Hace rato que no mirás.
Para otro lado.
Salí.
Otra distorsión.
Otro Dios.
Puede estar más cerca
de lo que sos.