sábado, 6 de junio de 2015

SOBRE LOS ANTIADHERENTES AL #NIUNAMENOS

Fui a la marcha del #Niunamenos sin haber seguido por TV los distintos recortes de los noticieros. Me llamó mi hermana y me dijo entre sollozos: “Esta es nuestra marcha. Tenemos que estar ahí”. Yo estaba trabajando, ocupada, asentí y le dije que hablábamos luego para coordinar.

Desde que comenzó a gestarse, a partir de la iniciativa de distintas periodistas en Twitter, me resultó una convocatoria apasionada. De ese tipo de fenómenos que suceden como reacción ante otros de alto impacto. Los sucesos de alto impacto en la opinión pública fueron crímenes. Asesinatos de chicas comunicados hasta la redundancia y el morbo.

Suelo considerar que más allá de cierta data dura que arroja incremento de los llamados femicidios;  los crímenes, violaciones, asesinatos y abusos son tan viejos como las múltiples vejaciones del hombre por el hombre. Para mí lo que incrementó es la visibilidad y el repudio social, porque lo que ha cambiado es el acceso a la información, la velocidad en la difusión y los límites de lo moralmente aceptable.

Hoy vivimos en un orden distinto al de hace cincuenta años. Vivimos en democracias trastocadas por una transición de entre eras. No hay acuerdo acerca de si la modernidad terminó o si la contemporaneidad responde a un orden nuevo. Más allá de eso Argentina en particular goza de libertades y de un empoderamiento social en el que el ciudadano se siente convocado a expresarse.