Si no sos otro
podés empezar a dudar.
De tu inteligencia.
De tu poder.
De tu amor.
Si no cambiaste
oro por barro,
día por lluvia,
cárcel por trigo,
puede
que seas menos
que todo.
¿Que tanto
cambio
hace mal?
Puede ser cierto.
¿Pero acaso no estás podrido de verdades?
Un poquito de otro cuento
puede saber más rico.
Mirá.
Hace rato que no mirás.
Para otro lado.
Salí.
Otra distorsión.
Otro Dios.
Puede estar más cerca
de lo que sos.
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