lunes, 25 de julio de 2011

QUE EN PAZ DESCANSEN AMY Y LAS VIEJAS ESTRATEGIAS COMUNICATIVAS DE LOS BUENOS



La periodista Sandra Ruso preguntó en 678 algo que me interpeló de sobremanera en tanto fue en el mismo sentido que mis razonamientos respecto de la psique social actual. “En caso de que se compruebe la “campaña sucia”-la difamación y estafa telefónica al electorado por parte de Pro/ Durán Barba respecto del padre de Daniel Filmus- ¿A los porteños les cambiaría la visión y variarían su voto a partir de esa interpelación moral?”. Esa pregunta me pareció muy acertada en tanto la respuesta linda el “No”. Entonces, cabe preguntarse: ¿Por qué tengo la interior e incluso angustiosa certeza de que al porteño tipo le importaría un rábano? ¿Por qué sospecho de ineficaz comunicacionalmente la estrategia Filmus K “de ir hasta el fondo con la justicia y la verdad” en lo que a éste tema refiere, a una semana del ballotage?

Y me respondo sola apelando a la figura que me sobrevuela últimamente la mente: El abuso. ¿Qué es al abuso? Según wikipedia existen “abuso de”: autoridad- confianza- derecho- sexual- espiritual- de representación- de sustancias y de poder. Podemos incluir innumerables formas en tamaña categoría y siempre faltaría alguna más. Pero corresponde ir velozmente a la definición que dicta: “Uso o aprovechamiento excesivo o indebido de algo o de alguien, en perjuicio propio o ajeno. Mal uso. Extralimitación. Delito.” Del negro cerrado, a los infinitos matices que conlleva esta figura, todo en ella me atrapa. Todo en ella me responde dando sentido al malestar social. Cuando prendés la TV y te solidarizás por la temprana muerte de Amy Winehouse y cuando todos los muros de facebook y una marea de twits son quenpazdescanses para Amy: algo está pasando. Algo está atravesando virósicamente todas las mentes. Y no digo que la pobre Amy no merezca el amor pop mundial. Absolutamente no. La virtuosa Amy merecía todo eso y seguro muchísimo más. Porque la pobre piba de tan autodestructiva sin duda sufría mucho. Mares de cantos contra altos; millones de rankings mundiales, tsunami de álbumes vendidos en segundos. Todo eso pasa y le pasó a ese cuerpo que capaz lo único que reclamaba a gritos es “un terapeuta mental a la derecha por favor” y a toda la industria le chupaba un huevo. Porque la estética de la muerte joven garpa. Porque la tristemente célebre “Generación 27” no son más que una cantidad de gente sufriente, gozadora y masoquista que murió dejando saldos económicos muy a favor de otros. Mártires de la música y del arte. Mártires del capitalismo. Y Amy que en paz descanse recontra viene a cuento porque justamente es la hipérbole actual y fugaz del abuso. Es una mujer abusada cantando soul, hecha mierrrrrrrda en un escenario. Y es una mierda eso. Y además, muy además y muy oportunamente es un ejemplo del abuso capitalista que todos los días de nuestra vida padecemos cuando nos venden algo todo el tiempo. Cuando nos dan gratis la educación de la compra venta humana. Entonces recontra cabe traerla porque Macri Mauricio ganó en Buenos aires, entre otras cosas, porque tuvo una campaña publicitaria efectista y degradante. En la que otra vez nos enseñaron cómo se coloca vaselina en el culo de la gente porque “la gente” va a comprársela al supermercado de la vida todo el tiempo, las 24 horas y exprés. Porque la fórmula mental que hace mi mente respecto de esto que pasó y que pasa es que está “el electorado” tan putamente acostumbrado a que le vendan, que lo único que sabe hacer es comprar con descuento porque lo dicta una publicidad. Y en esa puta dictadura ya no se qué mierda de mercadería alternativa vender en la puerta con mi trapo. En síntesis, la furia me atrapa y el abuso sigue presente. Amy fue abusada, los medios abusan de la gente, la sociedad toda abusa de mí. Y El abuso como figura se caracteriza por haber sido afectado, el sujeto abusado, por un trauma en el que es víctima de un daño que a posteriori no le permite distinguir bien de mal. Es decir: la gente de Buenos aires y buena parte de la gente del país y del mundo naturaliza todo el tiempo el daño humano. Aquí se naturalizó que en el departamento del costado secuestraran gente porque “algo habían hecho” y había que callar y seguir como si nada. Aquí se naturaliza que un juez hoy mismo dicte prisión domiciliaria a dos genocidas que empalaron y arrojaron al río a un pibe de 14 años en el 76. Entonces, si a mí eso no me importa porque no me lo cuenta TN, eso es una gran mierda y me chupa un reverendo ovario si se muere alguna cantante inglesa porque quiere decir que quizá voto a un Macri y que me importa un huevo quién carajo tengo al lado. Y el quid de lo que escribo es que hay “gente” no interpelable a nivel moral porque ha naturalizado el desamor, la violencia y el abuso que perpetraron y perpetran “los que mandan” todos los días, porque son abusados todo el tiempo y reproducen la cultura del abuso humano. Entonces, no se si es la fórmula perfecta pero creo que hay que seguir señalando con el dedo del mal gusto bien derechito y directo lo que es mierda, distinguiéndola así de lo que todavía no lo es. Pero sin dejar de lado por lentitud la necesidad de nuevas estrategias comunicativas que no sean lloronas y moralistas porque eso me parece que no está funcionando y que se requiere otro tipo de sofisticación comunicativa que opere sobre esta masa de abusados en éste puto gran mercado que han hecho de nuestra vida.

domingo, 24 de julio de 2011

LO QUE UN PEDO EN UNA CANASTA


¿La vida es eso que nos pasa? ¿Es aquello que viene con el cuerpo todos los días? ¿Cómo distinguir vida de muerte?

No le tenía miedo a la muerte porque creía que no iba a sentirla. El cuerpo muerto no siente nada. Y el cuerpo vivo siente tanto que a veces dan ganas de morir.

El encuentro con el otro es tan único.

Que es una lástima dejar que pase.

Pero

¿Cómo es pasar por alguien sin hacerle un poquito mal o un poquito bien?

Hoy inventé un cuento:

Una persona viene a la vida. Es convidada de sentimientos y cuerpo. La persona aprende que el padre es presencia caminando y que es una presencia que siempre se comporta de igual manera. Entonces la persona responde de tal otra manera a ese afecto. Luego promociona el grupo familiar primario y cree que todas las personas, que todos los padres, por ejemplo, se manejan de igual manera. Y aprende a escupir como el padre. A vomitar como la madre. Y a sentir la náusea existencial de la hermana. Y así va caminando por la vida. Creyendo que todo es lo mismo hasta que viene alguien y le dice al oído: “es distinto. La vida puede ser otro mambo.” Entonces como uno tiene la puta información mental de que no le cabe el mambo original se va por ahí a buscar otro mambo. Y prueba todos los mambos posibles. De todo sabor y color. Pero, por ahora, en el fondo siempre es testigo. Porque en el fondo sabe que en una casa del mundo el mambo puede ser como aquel que le dio origen y que le hizo sentir tantas cosas desde el primer llanto vital en adelante. Entonces los sanos van con los sanos. Los locos con los locos. Y así, más o menos, van los cuerpos caminando. Transitando la tierra o sentándose en alguna parte. Hasta que alguien invita a pasar la mayor parte del tiempo con su cuerpo y se supone que eso se llama amor, pero también se puede llamar odio. Son dos lenguajes distintos pero ambos suponen la presencia de dos cuerpos. Dos bandos batallando. Dos bandos en el estrés de la lucha. Leyendo las relaciones posibles y queriendo vencer o perder lo más aventajadamente posible que se pueda. El que se relaja siempre la pasa mejor, pero para ese la vida es una casualidad. Ese que va tranquilo camina por senderos que demarcaron otros. Y los que nacieron para marcar la senda en que otros caminarán sin duda quieren gobernar voluntades y procurar que los demás hagan lo que tienen que hacer. O sea: transitar la senda demarcada por el deseo del que manda.