Me
gusta
el jabón de coco. El agua mineral natural de manantial. Que mi gata sea
distante. Las abuelas que llenan todo de cuadritos y mantelitos. Las figacitas
de manteca. El café con leche abundante. Sorber la chocolatada de las vainillas
en verano. El silencio. La personas sin ansiedad. El olor de mi novio. Su
espalda, su nuca. El agua oxigenada y el aciclovir. Mamá cuando está exultante.
La literatura. La vista de Valparaíso. Las frases bien construidas. Las personas
más talentosas que yo. Las disciplinadas, que tienen el mundo ganado. Los que
no me molestan. El queso, el brócoli. El papel. La papa. Las Bic trazo grueso. Los
que registran al otro. La ropa cómoda. Las flores. Caminar rápido y llegar
lejos, sola. No sentir frío. Que me conmuevan. El abrazo de tango.
No
me gusta
formatear el Word cada vez que arranco uno nuevo. Los perros que te saltan todo
el tiempo. Saludar con un beso cuando entro al trabajo. Quitarme el maquillaje,
dejármelo puesto. Que me den órdenes los que no me pagan. Memorizar detalles
superfluos en textos largos. Usar bombachas que me aprieten y no sean de
algodón. Las toallitas higiénicas que no son suaves. Los felpudos. Les que
creen que es obligatorio ser mamá. El piso del baño con pisadas. Las hornallas
con mugre. La suciedad vieja disimulada con repasadas. El olor. Que me escriban
cuando estoy haciendo algo. La gente confianzuda. Los relojes. Ponerme aros a
esta edad. Que los dispositivos del hogar no funcionen. Los hombres que me
tocan sin permiso. Los que no responden los mails. Las personas destructivas.
El ruido. Los que me confunden con un objeto.