Continúa Mate con Strudel, programa de periodismo internacional donde tengo el placer de convidar literatura del mundo en Radio Sur 88.3, los jueves de 19:00 a 21:00.
Mi segundo convite fue la obra de Sebastian Barry, un autor irlandés de novela histórica que en 2015, en el marco del referendum por el matrimonio igualitario en su país, escribió una carta que de tan conmovedora no puedo evitar copiar:
"Como el más que
orgulloso padre de una persona brillante que resulta ser un miembro de la
comunidad LGBT, voy a votar sí en el próximo referéndum. He leído un poco en los periódicos sobre nuestra nueva
sociedad más tolerante, y eso puede ser así, y por supuesto es un punto de
vista único desde el cual votar, sí, pero no veo sea una cuestión de tolerancia,
tanto como una disculpa. Disculpa por todo el odio, la violencia, la sospecha,
la lástima, la ignorancia, el asesinato, la mutilación, la caza, la
intimidación, el terror, la humillación, la disminución, la discriminación, la
destrucción y sí, la intolerancia visitada por una parte de la humanidad por
Dios sabe cuántos cientos de años, sino milenios. Mi hijo tendrá apenas 18
años cuando se emitan los votos y, por lo tanto, no puede votar por su cuenta.
Al votar sí me comprometeré en la simple tarea de honrar la majestad, el
resplandor y la promesa de su alma humana."
En un contexto donde una sociedad católica como la irlandesa hace una semana dijo sí al aborto, Sebastian Barry no sólo ofrece una disculpa sino que señala que "la historia del mundo homosexual aún no ha sido escrita" y arriba a esa afirmación con una ofrenda, Días sin final, libro inspirado en su hijo, donde cuenta la historia de un amor épico entre dos soldados.