viernes, 7 de febrero de 2014

WOODY, EL ABUSADOR



“Jugué con la idea de ser asaltante sexual e incluso pude hacer cositas en ese sentido, casi siempre con familiares, sin embargo.” Woody Allen en 1970.
    
     Cansada de que panelistas televisivos y twitteros frenéticos opinen desde la afectación superficial y el desconocimiento sobre la figura del abuso en el caso de Dylan Farrow versus su padre adoptivo y director de culto,  se me ocurrió poner algunas cosas en claro en lo que a abuso sexual refiere.

     Vamos por partes. El abusador en cuestión es un director que en su faceta “realizador” ha logrado gustar a cientos de millones alrededor del mundo.  Su cine se caracteriza por entrelazar complejidades psicológicas y trayectorias personales llenas de contrastes. Sujetos que dudan, que reculan, que se permiten no hacer lo correcto, que son erráticos o triunfadores, pero siempre complejos y bellos. Sofisticados y queribles, los personajes de Allen se equivocan y sobreviven entre sus preguntas y la sociedad “actual”. Este hombre menudo y declaradamente “problemático y tímido” supo hacer un cine que gusta especialmente a los argentinos.